domingo, 4 de noviembre de 2012

Deforestacion en Honduras

LA DEFORESTACIÓN EN HONDURAS


La deforestación de los bosques nacionales es un cáncer que avanza sin detenerse y que práctica mente le ha dado una sentencia de muerte a la reserva forestal.
El corte ilegal de madera y la ganadería extensiva superan cualquier esfuerzo de las autoridades por proteger los pulmones del país.
Honduras, cuyo 51 por ciento de los 112,492 kilómetros cuadrados de extensión territorial es bosque, pierde unas 58 mil hectáreas de árboles por año. Esto también equivale a la destrucción anual de 598 kilómetros cuadrados de bosque por año, o sea, como si desapareciera cada año un bosque del tamaño de la mitad de Tegucigalpa.
“Para explicarle mejor la situación, lo que estamos perdiendo de bosque por día equivale a 90 canchas de fútbol por día”, dijo Orlando Núñez, coordinador de la Estrategia Ilegal de Madera del ICF.
La producción clandestina de bosque latifoliado (de hoja ancha) es de 145 mil metros cúbicos, mientras que el comercio de pino se calcula en 600 mil metros cúbicos al año. Estos números representan entre el 30 y 50 por ciento del consumo nacional de madera anualmente.


La deforestación más que un problema ambiental es un problema social y se vuelve tan complejo debido a que es un efecto de actividades humanas en las que prevalecen intereses de toda índole desde los más grandes por parte de ciudadanos acaudalados y/o funcionarios con el rango más alto en el Estado, hasta el campesino más humilde que requiere de un espacio libre de árboles para el establecimiento de su parcela de cultivo.

La superficie cubierta de bosque en el país cada año es menor y para que esto ocurra se conjugan una serie de elementos que es muy difícil ordenar según su importancia ya que todos tienen su cuota de influencia en este fenómeno. Podemos empezar con el Estado mismo; quien debería promover políticas en función de un país eminentemente forestal y aquí es donde entran en juego los intereses curiosamente dentro de la misma Administración pública.  Le compete al Instituto  de Conservación Forestal  el diseño e implementación de una estrategia nacional para el control de la tala y el transporte ilegal de los productos forestales.  Por su parte el Instituto Hondureño del Café  (Institución privada)  promueve la caficultura  muy bien sustentada en términos macroeconómicos con un aporte del 12% del PIB y que sostiene económicamente al 25% de la población nacional. Por su parte el Instituto nacional Agrario  (INA) es una entidad Semi-Autónoma del Estado, cuyo fin es realizar el proceso de reforma agraria en cumplimiento de la política agrícola nacional impulsada por el Gobierno, con el propósito de lograr la transformación de la estructura agraria del país e incorporar a la población rural al desarrollo integral de la Nación. Cada institución promueve su Misión/ Visión y todas proveen de beneficios a  ciudadanos hondureños. El inconveniente en esta situación es la consecuente degradación y deforestación que se ha derivado de la mala intención de ciudadanos y funcionarios a costa de los bosques del Estado. Así tenemos predios cultivados de café o pastos con títulos de propiedad a favor de particulares extendidos por el INA y que anteriormente fueron terrenos cubiertos de bosque pertenecientes al Estado. A esto se suman los aprovechamientos ilegales de madera. El ICF puede obtener la mejor tecnología para determinar la tasa de deforestación anual del país y lo que obtendremos es una cifra fría. Actualmente sin necesidad de sistemas sofisticados nos podemos dar cuenta de la alta presión a que están siendo sometidos los bosques. Para mitigar la tasa de deforestación se requiere de recursos financieros con los que no cuenta el ICF.



La deforestación debe ser vista como un problema de país, ya que todos percibimos bienes y servicios de los bosques. Por lo tanto es fundamental el compromiso de las comunidades e instituciones, partiendo de un elemento tan fundamental como el agua. En ese sentido las comunidades mismas velan por la integridad de las áreas boscosas que les proveen de agua. El SANAA y la ENEE velan por las áreas boscosas de las cuencas que abastecen los embalses. El ejército se ha convertido en un nuevo actor que también tiene su cuota de responsabilidad para reducir la tasa de deforestación, ya que cuenta con financiamiento del Gobierno Central.

MARCO HISTÓRICO


El  fenómeno de la deforestación surge con el nacimiento de las actividades agropecuarias de manera extensiva, derivadas de la necesidad de suplir de alimento a una población creciente que anteriormente obtenía sus alimentos directamente del bosque. Históricamente ubicaremos a la deforestación  en dos etapas; antes y después de la colonización española. Así propondremos dos escenarios;  el primero;  una población relativamente baja que obtenía su sustento diario de alimentos del bosque y áreas de cultivo relativamente pequeñas (año 1 al año 1524). Como segundo escenario tenemos la introducción del ganado, el fomento de la  agricultura y el incremento de la población (1525-2011).En el segundo escenario podemos presumir el fenómeno que mayor impacto ha tenido en el recurso forestal de Honduras, básicamente a  finales del siglo XIX cuando su economía basada en la  agricultura vino a ser dominada por compañías estadounidenses que establecieron enormes plantaciones de plátano a lo largo de la costa del norte. En esa época llegaron  al país las  compañías transnacionales, principiando con la poderosa  United Fruit  Company, se funda la  Cuyamel Fruit Company, al igual hace su aparición la Vaccaro Brothers & Co que después pasaría a ser la Standard Fruit Company, para desarrollar la siembra del banano. Asimismo, en el interior del país se intensifican las actividades agropecuarias que derivaron el acaparamiento de tierras.Con esta síntesis y en términos muy sencillos podemos derivar una pérdida de bosques en el país desde el año 1524 a la fecha, en un período de 487 años.  Para ello utilizaremos como supuesto que todas las tierras estaban cubiertas de bosque a
excepción de aquellos ecosistemas que por su naturaleza no  presentan vegetación leñosa. Tomando como base una superficie de 112,492 km² a la cual le restaremos un área aproximada de 900 km²  correspondiente a cuerpos de agua naturales (sin incluir embalses), tenemos que para  524 el territorio que hoy es Honduras contaba con 111,592 km²  de bosques,  equivalentes a 11,159,200  ha.  Si tomamos en cuenta La Evaluación Nacional Forestal (2005) que estima una superficie cubierta de bosque de 5,791,602 ha,  implica una pérdida de 5,367,598 ha en un período de 487 años, equivalente a una pérdida anual promedia de 11,022 ha/año.

CIFRAS OFICIALES DE HONDURAS 


                                                                                                             


Las cifras sobre la deforestación en Honduras son hasta cierto punto confusas y muchas de ellas carecen de fundamento técnico. La información que se ha manejado básicamente ha sido la generada a partir de proyecciones de algunos inventarios que han considerado algunas áreas de interés productivo como el Inventario Forestal en la zona del Río Sico y Sur de Trujillo en 1978 y en Inventario Forestal Nacional (INFONAC) en el macizo central del país en 1981, ambos realizados por la Agencia Canadiense deDesarrollo Internacional (ACDI). Luego en 1983 la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA)  realizó el inventario en la Región de la Mosquitia. Algunos proyectos han generado información de sus áreas de influencia. Con los intervalos de tiempo y con las diversas metodologías utilizadas es muy difícil proporcionar cifras acertadas de la tasa de deforestación del país. El único inventario con escala nacional fue realizado en 2005 con el apoyo de la FAO y con el cual se estimó la cubierta forestal en 5,8 millones de hectáreas de bosque.En el país se han realizado dos mapas forestales a partir de sensores remotos; el primero en 1995 utilizando imágenes Landsat TM de 1993 y 1995 con el que se estimó una superficie cubierta de bosque de 5,9 millones de hectáreas. El segundo mapa forestal se realizó en 2009 utilizando imágenes Modis con el que se estimó la cubierta forestal en 6,6 millones de hectáreas. Estos son resultados de dos sensores completamente diferentes.Ninguna de las metodologías ha sido sistemática para poder establecer
comparaciones.



Impacto




Según cálculos del Instituto de Conservación Forestal (ICF) esta destrucción implica pérdidas de unos 1,300 millones de lempiras al año.
La pérdida por producción ilegal de madera se estima en 55 millones de dólares (1,045 millones de lempiras), mientras que por evasión fiscal el impacto es de unos 18 millones de dólares ( 342 millones de lempiras).
Militares del XVI Batallón de Infantería, en Olancho, descubrieron una nueva deforestación en el sector de Sansapote, en la que se evidenció que los causantes del delito, después de cortar los árboles los queman para dar la impresión de que es un corte viejo.
En algunas ocasiones los dueños de zonas boscosas piden permiso para sembrar café, pero en realidad es una artimaña para poder iniciar la deforestación.
Para llegar a este sector, hay que transportarse en carro desde el municipio de La Unión, durante una hora, aproximadamente, y luego caminar unas cuatro horas, lo que demuestra que los depredadores buscan cada vez más zonas de difícil acceso para impedir la actuación de los protectores del bosque.
En los camino se pudo observar numerosas parcelas con árboles caídos y donde estos estaban ahora se encuentran sembradíos de maíz, frijoles, café o ganado pastando. Es así que los vastos pinares y otros árboles de color son un simple recuerdo en este sector.
El parque La Muralla, colindante con La Unión, también sufre la indiscriminada deforestación, pese a ser uno de los lugares naturales protegidos por el gobierno. Muchos empresarios adinerados que tienen propiedades en el sitio ordenan el corte de árboles en sus predios sin el control de las autoridades del ICF. Algunos de los “capos de la madera” no son de Olancho, si no que proceden de Colón, pero tanto el ICF, como el Ejército se han visto impotentes para frenar la tala ilegal.

Nueva Palestina

En Nueva Palestina, zona entregada inicialmente a campesinos en la década de los 70, la devastación del bosque, también es marcada, al grado de que el paisaje se ha ido modificando.
Por efecto del corte masivo del bosque, el verdor de las montañas ya no predomina, literalmente ha cedido terreno a zonas muertas con pastos resecos.
Esta zona está próxima a la zona de amortiguamiento de la Biósfera del Río Plátano, por lo que la deforestación, también representa peligro a ese sitio declarado Patrimonio de la Humanidad y que ahora se encuentra en lista de alerta roja por parte de la Unesco.
Causas




La tala ilegal de madera se produce por prácticas agrícolas (ganadería, siembras), aprovechamiento doméstico de productores forestales, comercio e industrialización de madera ilegal y uso incorrecto de documento de tenencia de tierra, entre otros. Según la Estrategia Nacional para el Control de Tala y Transporte Ilegal de Madera (ENCIT) 2010- 2022, un factor para que la deforestación aumente es por la corrupción de las instituciones encargadas de proteger el bosque. “ Quienes se enriquecen a través del aprovechamiento ilegal, comercio e industrialización ilegal de productos forestales, generalmente corrompen también a funcionarios, instituciones y comunidades”, dice el informe.
El comandante del XVI Batallón de Infantería, Ramiro Archaga, consideró como “crítica” la deforestación del bosque, debido a la forma acelerada en que se está produciendo.
  • De este Batallón se encuentran desplegados unos 8 destacamentos militares en distintos puntos de ese sector, con unos 10 soldados cada uno, cifra que resulta insuficiente para proteger los bosques de ese departamento.


No obstante, destacó que se hace una labor coordinada con la Fiscalía de Protección al Ambiente para contrarrestar, en la medida de lo posible, que los depredadores sigan matando este recurso.



PÉRDIDAS Y GANACIAS DE BOSQUE




Para las estimaciones de la tasa de deforestación en términos generales se utiliza un balance entre ganancias y pérdidas de bosque. En ese sentido enunciaremos algunos  aspectos a considerar al momento de elaborar un informe de país y que tenga que ver con la cubierta boscosa:


  •      Reforestación permanente.
También se le puede denominar “plantación no comercial” y es aquella que se realiza con fines de recuperación de áreas degradadas o deforestadas. Estas áreas reforestadas  son las que para efecto de  estimación de la tasa  deforestación se denominan “ganancias” y que por lo general se realizan en áreas productoras de agua y áreas protegidas.


  •      Reforestación temporal.
Es el establecimiento de un nuevo bosque cuya permanencia es temporal ya que siendo una  “plantación comercial” será cosechado en un determinado momento. En este caso es importante analizar dos situaciones; cuando la plantación esté establecida representará una “ganancia” de bosque y al momento de su corte representará una “pérdida de bosque” cuando realmente lo que ocurre es la cosecha de un “cultivo”. Lo mismo pudiera ocurrir con el aprovechamiento de bosques naturales en donde se practiquen cortas a tala rasa. Ante estos casos es fundamental hacer las aclaraciones al momento de elaborar informes de país.Tomando en consideración el concepto de “Bosque” de la Ley Forestal  se puede considerar como “ganancia” las plantaciones de árboles frutales.

CONCLUSIONES





      El país carece de un sistema de monitoreo que permita generar cifras precisas sobre la tasa de deforestación anual.
  •       Si el total de la superficie terrestre del país capaz de albergar especies leñosas (11,159,220 ha) estuvo cubierta de bosques en el año 1900 y el área boscosa estimada  con sensores remotos para 2009 es de 6, 598,289 ha, tenemos una pérdida de 4,560,931 ha en un período de 111 años, para una tasa promedia anual de 41,089 ha/año.

  •     Tomando como base el Mapa Forestal 1995 y la Evaluación Nacional 2005 podemos estimar una tasa anual de deforestación de  19,800 ha/año en ese período.

  •    Tomando como base el análisis multi temporal realizado por la Unidad de Monitoreo Forestal para el periodo 2005-2009 podemos estimar una tasa de deforestación de 28,395 ha/año en ese período.

  •   Las cifras proporcionadas para la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales no son  coincidentes con ninguno de los resultados de los estudios realizados en el país.

  •      En base a los análisis hechos se puede determinar que la cifra de 80,000 ha/año deforestadas que históricamente se ha venido manejando fue estimada para un período en particular y en condiciones muy diferentes a las actuales.

  •       En los resultados de las diferentes metodologías que se revisaron no se toman en cuenta como elementos adicionales a la tasa de deforestación  los cambios de “forestal” a cuerpo de agua”, siendo esta una práctica que se volverá muy común con los proyectos idroeléctricos y que influirá en la reducción de la superficie boscosa. Lo mismo ocurre con las edificaciones. Ambos se vuelven temas de discusión técnica y deberían incluirse como “cambios de uso obligados”.

  •      En el país existen 37,050 ha concesionadas para camaricultura, con 18,500 ha construidas (SAG, 2007). La mayor parte de de esas  áreas en su momento fueron humedales.  Esta actividad presenta un  interés para  el país y es bien justificada en términos económicos como la más alta generadora de divisas en el sector agropecuario no tradicional, con alrededor de 120 millones de dólares anuales, equivalentes a 2,280 millones de lempiras al cambio oficial y genera alrededor de 21,500 empleos.

  •    La cifra de  13,737.3 ha/año deforestadas en el Parque Nacional Patuca  esalarmante y se debe prever una presión adicional por demanda de tierras si llega a realizarse el proyecto hidroeléctrico previsto, que implica una área de inundación de 8,870 a que en su mayoría son terrenos  planos usados actualmente para actividades agropecuarias.

                                 RECOMENDACIONES









  •        Fortalecer la Unidad de Monitoreo Forestal creada en el ICF a fin que esta sea la instancia técnica de apoyo que mediante el uso de la tele-detección genere datos de país, lo que  permitirá cifras precisas  de deforestación  mediante la implementación de una metodología oficial. Adicionalmente será un brazo de apoyo  fundamental para la planeación y ejecución de los inventarios nacionales, el Programa Nacional de Reforestación y la Estrategia Nacional para el Control de la Tala Ilegal.

  •       Informar oficialmente a la FAO sobre los hallazgos encontrados en la  Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2005 en relación a Honduras y proponer un proyecto o bien financiamiento para realizar un análisis multitemporal a nivel de país para períodos de cinco años y en el cual debiera participar una contraparte de FAO.

  •     El ICF como  garante de la integridad de los bosque nacionales debe hacer prevalecer mediante la suscripción de un convenio  los  roles institucionales entre el ICF y el INA en torno a la emisión de títulos de propiedad en terrenos Nacionales. Al mismo tiempo deberá fortalecer el Catálogo del Patrimonio Público Forestal.

  •       Las acciones que emprenda el ejército en materia de protección forestal deben ir de la mano con una estrategia definida por el ICF, por lo tanto es de suma urgencia vincular esfuerzos en el marco de la estrategia nacional para el control de la tala ilegal principalmente en la zona de Patuca, el sector sur oeste de la mosquitia y la zona de Sico Paulaya en Colón.

  •    Vincular esfuerzos entre el ICF y la SAG para el establecimiento de “fincas agroforestales modelo” en donde una porción del terreno sea designado para plantaciones forestales en función de los propósitos del propietario y con asistencia técnica del Programa Nacional de Reforestación. Por su parte la SAG promoverá ganadería de alta producción, tecnificación de pastos y cultivos. También ICF puede hacer estudios mediante la Unidad de Monitoreo que le permita identificar terrenos ociosos en los diferentes valles del país y posteriormente agotar investigaciones para identificar propietarios y promover plantaciones forestales en estas áreas.

  •     Elaborar periódicamente mapas de áreas reforestadas  en el país mediante el Programa Nacional de Reforestación  u otros medios  y generar información estadística sobre el estado de crecimiento de las mismas. De esta forma se darán a conocer los esfuerzos institucionales por compensar la deforestación.

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